Guía Educativa para madres y padres que apuestan por educar a sus hijos bajo el mismo criterio aunque vivan separados.

El Acuerdo de Crianza es el plan escrito que recogerá las medidas de protección y cuidado hacia los hijos de madres y padres que no compartan convivencia.

El diseño de un acuerdo de crianza o plan de crianza puede ser elaborado por los progenitores con ayuda de un mediador o mediadora familiar.

La tarea no suele ser fácil para madres y padres separados que han decidido romper su convivencia.

A partir de este momento, los hijos comunes pasan a tener dos núcleos de convivencia.

Y por lo tanto, dos sistemas familiares nuevos.

Estos sistemas deben elaborar un nuevo código de convivencia, es aquí cuando la mediación familiar aparece.

El acompañamiento de un mediador o una mediadora familiar guía a las partes en el diseño de su plan de crianza facilitando la comunicación entre ambos evitando conflictos.

¿QUÉ PODEMOS INCLUIR EN EL ACUERDO DE CRIANZA?

PATRÓN DE VALORES

Tanto los hijos como los padres sufren cambios, generando nuevas necesidades educativas, sanitarias, sociales, económicas, afectivas…

Compartir un patrón de valores común pero flexible favorecerá el mantener una relación sin conflictos de intereses.

Por ejemplo, la ruptura de la convivencia no contempla las mismas consecuencias en hijos de edad temprana que en la adolescencia.

Es vital que nuestro acuerdo de crianza contemple las diferentes necesidades, y se adelante en el tiempo a posibles escenarios.

TOMA DE DECISIONES

Se debe aceptar que las rupturas son nuevos comienzos.

Es muy posible que nazcan nuevos sistemas sociales, familiares, afectivos, alrededor de ese primer sistema familiar ya sin convivencia.

Como por ejemplo, la aparición de nuevas parejas, nuevas relaciones sociales de los progenitores, incluso cambios entorno al ámbito laboral.

En muchas ocasiones, la ruptura da pie a cambios de residencia.

Sin embargo, estas decisiones deben abrirse a un debate guiado que respete las necesidades de todos los componentes.

La mediación familiar genera un espacio de diálogo constante entre las partes para determinar cómo se van a ir asumiendo cambios en el sistema familiar.

Por ejemplo, cuando los menores siguen en edad escolar se debe plantear la imposibilidad de aceptar cualquier cambio de residencia si eso significa que los horarios escolares se van a ver profundamente modificados.

El acuerdo de crianza se basa en la educación familiar co-responsable, sin que recaiga desproporciones sobre uno de los dos progenitores o sobre familiares satélites: abuelos/as, tios/as, cuidadores/as profesionales.

Cuando los progenitores viven en diferentes hogares deben preguntarse si el acuerdo de crianza va a funcionar teniendo en cuenta algunas preguntas, como por ejemplo:

  • ¿Cuál es la distancia entre las residencias de los progenitores para llevar a los menores a la escuela, guarderías, dentistas, o actividades extraescolares?
  • ¿Cuáles son los horarios laborales?
  • ¿Cómo va a afectar la manera en que se van a relacionar sus hijos con amistades o otros familiares?
  • ¿Cómo nos vamos a organizar tras la incorporación o no al curso escolar?

VÍAS DE COMUNICACIÓN

El acuerdo de crianza será viable y sostenible en el tiempo mientras la comunicación entre progenitores sea realmente efectiva y afectiva, en términos de respecto y cordialidad.

Establecer mediante qué vías de diálogo va a existir esa comunicación, incluso el calendario y horarios de la misma, evitará gran cantidad de malentendidos.

Este punto es de destacar porque además las nuevas tecnologías pueden sabotear cualquier acuerdo de crianza, (uso de redes sociales, envío de “ordenes” por whatsapp, uso de skype).

Puede llegar a convertirse en escudos para evitar encuentros presenciales tan importantes como ejemplifícantes para que nuestros hijos e hijas acepten la ruptura de la convivencia desde la relación sana y no traumática.

El acuerdo de crianza diseñado cuenta con herramientas como son las hojas de calculo del tiempo compartido. Se pueden llegar acuerdos de forma semanal, mensual, de días festivos, y vacaciones.

El acuerdo de crianza garantiza una ruptura pacífica, evita conflictos, y proporciona a nuestros hijos e hijas estabilidad, amor, y ética.

Además, es lo suficientemente detallado para ser útil, y lo suficientemente flexible para ser sostenible y viable.

Cuenta con la posibilidad de adjuntarlo a nuestro proceso de divorcio o convenio regulador.

Ante la situación actual de crisis sanitaria y social que se nos ha presentado, el equipo de SOS Trabajo Social ha elaborado un servicio de acompañamiento familiar adaptado a las circunstancias cambiantes.

Para conocer cómo estamos el acuerdo de crianza actualmente puedes hacer click aquí: madres y padres seprados en tiempos de COVID-19, o escribirnos a info@sostrabajosocial.